Cuando se ponen en marcha los electroimanes situados sobre el vehículo, se genera una fuerza de atracción. Ya que el carril no puede moverse, son los electroimanes los que se mueven en dirección a éste elevando con ellos el tren completo. Los sensores del tren se encargan de regular la corriente circulante de las bobinas, como resultado el tren circula aproximadamente a 1cm del carril guia. Unos electroimanes son colocados en los laterales del tren de manera que quede garantizado su centrado en la via.
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